sábado, 22 de marzo de 2008

IMPOTENCIA NO ES FALTA DE ERECCIÓN


ImpotenciaImpotencia, o disfunción eréctil, como la llaman los médicos, es la incapacidad repetida de alcanzar o mantener una erección lo suficientemente rígida como para permitir el coito.

¿Cómo saber si uno padece este trastorno? ¿Cuántas veces tiene que ocurrir la falta de erección?

se preguntarán muchos muchachos. Los especialistas hablan de impotencia cuando la disfunción se presenta por lo menos en el 25% de los intentos. No hay que confundirla con la falta de erección pasajera o «bajoneado» que suelen experimentar casi todos los hombres en algunos momentos de su vida.



Falta de erección

La simple falta de erección puede ocurrir ante una situación en la que el chico se encuentra tenso o presionado, quizá por el temor a «no estar a la altura de las circunstancias», como cuando tiene por primera vez una relación sexual con una chica que le gusta mucho. Algunos chicos pierden la erección al colocarse el preservativo, quizás porque no tienen mucha habilidad o porque al concentrarse en esta acción pierden parte de su excitación. Asimismo, el consumo de alcohol es contraproducente, pues si bien al principio aumenta el deseo y uno se encuentra más desinhibido, también reduce la sensibilidad genital. Estos incidentes suelen ser pasajeros y se van resolviendo casi siempre a medida que se tiene más confianza con la pareja. Por ello, no hay que darles demasiada importancia, pues de lo contrario pueden convertirse en una obsesión y derivar en una impotencia psicológica.A continuación, nos centraremos en la verdadera impotencia, la que precisa de atención médica para su curación.


Tipos de impotenciaExisten tres grados de impotencia: primaria, secundaria y situacional. La primaria existe desde los inicios de la vida sexual; la secundaria, aparece en hombres que anteriormente han tenido erecciones satisfactorias; y la situacional, sobreviene sólo en algunas situaciones concretas o con determinadas personas. Afortunadamente, los casos en los que nunca se ha logrado una erección satisfactoria -la primaria-, sólo representan e lO % del total de las impotencias.

La impotencia puede deberse a causas físicas o psíquicas. La mayoría de disfunciones eréctiles están relacionadas con problemas psicológicos en los jóvenes. En los hombres mayores de cuarenta y cinco años también influyen en un alto porcentaje las alteraciones físicas. Como es el caso de la diabetes, la tensión arterial alta, el exceso de colesterol o las enfermedades cardiacas, entre otras, que pueden afectar a los vasos sanguíneos y restringir la afluencia de sangre hacia el pene.

También ciertos fármacos empleados para combatir las depresiones, la hipertensión o la obesidad, pueden dificultar o impedir la erección como efecto secundario. Los bajos niveles de testosterona, la depresión nerviosa o el abuso del tabaco, alcohol y otras drogas, se encuentran asimismo en el origen de algunas impotencias.

TratamientoTodavía existen muchos mitos sobre la sexualidad masculina, que inciden negativamente en los hombres a la hora de buscar ayuda para un trastorno que podría beneficiarse, en la mayoría de los casos, de un tratamiento seguro y eficaz. Esto explica por qué sólo alrededor de un 10 % de los que padecen este trastorno optan por ir a la consulta de un especialista. El resto, achaca el problema a su pareja, a causas ajenas a sí mismo o busca remedio en pócimas milagrosas de dudoso efecto.
Si existe una barrera psicológica que provoca impotencia lo mejor es acudir a un psicólogo, en cambio, si el problema es físico conviene comentarlo con el médico de cabecera que sabrá tratarlo adecuadamente.


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